La importancia de la Educación Pre-escolar en la adquisición de la Lectura
Enviado por Benedicto el 12/03/2008 a las 11:29
A principios de la década en Chile, cifras conservadoras indicaban que el 40 % de de los estudiantes de los dos primeros cursos básicos (NB1 = 1º y 2º Básico, entre 6 y 7 años), terminaban el año escolar sin alcanzar un 50 % de los objetivos esperados en Lectoescritura (la cifra puede parecer muy alta, de hecho lo es, pero los Estados Unidos presentaba niveles cercanos al 35 %, según un estudio de la Carnegie Foundation, fechado en 1991). A raíz del fuerte debate que se está dando en Estados Unidos, Latinoamérica, España y otros países, las cifras no han cambiado mucho, aunque se busca con deseperación las raznes. De hecho, no puede negarse que ha habido intervenciones del Estado en temas tales como perfeccionamiento docente (aunque no de muy buena calidad en Chile), cambios curriculares, inversión en textos de estudio, implementación de nuevas metodologías (incluidas las tics), etc., pero los resultados son persistentes.
Y aunque en la última Prueba Pisa, aplicada a estudiantes de 15 años, el país obtuvo el primer lugar en Latinoamérica, estamos muy lejos de haber superado el problema, nuestros resultados a nivel mundial son bajísimos y el problema es de tal magnitud que nadie se niega a reconocerlo.
Para ir abordando este problema, en primer término, es importante señalar que es fundamental la educación preescolar. La diferencia de resultados entre niños que asistieron a prekinder y kinder y quienes no lo hicieron es clara y copiosamente documentada, lo que es más decidor: estas diferencias se mantienen en el tiempo (las pruebas estandarizadas SIMCE se aplican en 4º año básico y muestran claras diferencias al respecto entre quienes asistieron regularmente al Jardín de Niños y quienes no).
La mayor parte de las investigaciones señalan que los llamados “procesos fonológicos” son buenos predictores del aprendizaje inicial de la lectura. Como todos saben, éstos procesos se inician antes de que el niño ingrese a la educación básica y son absolutamente determinantes para el posterior reconocimiento de palabras escritas y para la comprensión lectora silenciosa.
Por lo tanto, es necesario reconocer la importancia superlativa de la educación pre-escolar en este ámbito, pues las destrezas psicolingüísticas básicas son desarrolladas allí y éstas irán potenciándose con la mayor escolaridad.
A modo de ejemplo y aunque parezca curioso, una habilidad fundamental que deben desarrollar los estudiantes, aun antes de aprender a leer, es la de reconocer tipologías textuales. El test ELEA, por ejemplo, está conformado por seis subtests que evalúan las habilidades de los niños para reconocer configuraciones textuales, sin que sepan leer (cuento, poesía, aviso publicitario, etc.). Estas posibilidades prelectoras, al ser desarrolladas eficientemente, pondrán al niño en las mejores condiciones para aprender a leer.
Muy similar a lo anterior, es que el niño sea capaz de reconocer determinados signos ortográficos y relacionarlos con la oralidad (no solo tildes, también signos de exclamación o interrogación, etc.), si son capaces de reconocerlos y “entenderlos”, aunque no sepan leer, el proceso de adquisición de la lectura se potenciará.
Por eso es tan importante que nuestros niños asistan regularmente a la educación preescolar y que ésta desarrolle actividades curriculares que refuercen esas habilidades. Si así lo hacemos, tendremos mejores lectores en años sucesivos e iremos dejando atrás las vergonzosas cifras anotadas al inicio de este post.
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